
La ciudad de Pompeya, en la Campania italiana, surge a lomos de una colona de 30 metros sobre el nivel del mar formada por la lava del Vesubio. Su posición estratégica le permitía controlar el valle del rio Sarno, en cuya desembocadura se hallaba emplazado otro puerto pujante.
Las noticias acerca de los orígenes de la ciudad son inciertas. Según los restos más antiguos que se pueden datar la primera ocupación hay que situarla entre finales del siglo VII a.C y la primera mitad del siglo VI a.C cuando se edificó la primera muralla, que delimitaba un área de 63.5 hectáreas. Se trataba de una civilización mixta en la cual se habían fundido elementos autóctonos, etruscos y griegos, signo del desarrollo de la ciudad.
A finales del siglo V a.C los samnitas bajaron de los montes de Hirpinia y Samnio y se diseminaron por la actual Campania. Durante la época samnita, en Pompeya, las obras de urbanización recibieron un gran impulso: se hace una nuevoa muralla cuyo trazado sigue el mismo recorrido que el de la anterior, con la diferencia de que la primera estaba hecha con una piedra local llamada pappamonte, mientras que esta segunda se realizó con piedra caliza traída del río Sarno.
A finales del siglo IV a.C la expansión de los pueblos samnitas obligó a Roma a intervenir en la zona con campañas militares, que dieron como resultado la conquista romana de toda la Campania. La ciudad de Pompeya se convertía así en aliada de Roma, entrando a formar parte de este modo de la res pública romana. Pero entre los años 90-89 a.C Pompeya se reveló junto a otros pueblos itálicos que exigían una dignidad social y política igual a la de Roma, situación que terminó con el nombramiento de la ciudad en colonia romana, con el nombre de Cornelia Veneria Pompeyaanorum. Una vez convertida en colonia Pompeya se adornó con edificios públicos y particulares, hasta que en el año 62 d.C un violento terremoto asoló todas las ciudades cercanas al Vesubio. Las reformas para reconstruir la ciudad comenzaron de forma inmediata, pero 17 años más tarde, cuando en el año 79 d.C la inesperada erupción del Vesubio la sepultó bajo un río de cenizas, lapilli y lava la ciudad aún estaba en obras.
Tras la erupción la ciudad cayó en el olvido hasta que fue nuevamente descubierta en el siglo XVI.
Las excavaciones comenzaron en 1748 con el rey de Nápoles Carlos III de Borbón y han seguido hasta la actualidad.
Las noticias acerca de los orígenes de la ciudad son inciertas. Según los restos más antiguos que se pueden datar la primera ocupación hay que situarla entre finales del siglo VII a.C y la primera mitad del siglo VI a.C cuando se edificó la primera muralla, que delimitaba un área de 63.5 hectáreas. Se trataba de una civilización mixta en la cual se habían fundido elementos autóctonos, etruscos y griegos, signo del desarrollo de la ciudad.
A finales del siglo V a.C los samnitas bajaron de los montes de Hirpinia y Samnio y se diseminaron por la actual Campania. Durante la época samnita, en Pompeya, las obras de urbanización recibieron un gran impulso: se hace una nuevoa muralla cuyo trazado sigue el mismo recorrido que el de la anterior, con la diferencia de que la primera estaba hecha con una piedra local llamada pappamonte, mientras que esta segunda se realizó con piedra caliza traída del río Sarno.
A finales del siglo IV a.C la expansión de los pueblos samnitas obligó a Roma a intervenir en la zona con campañas militares, que dieron como resultado la conquista romana de toda la Campania. La ciudad de Pompeya se convertía así en aliada de Roma, entrando a formar parte de este modo de la res pública romana. Pero entre los años 90-89 a.C Pompeya se reveló junto a otros pueblos itálicos que exigían una dignidad social y política igual a la de Roma, situación que terminó con el nombramiento de la ciudad en colonia romana, con el nombre de Cornelia Veneria Pompeyaanorum. Una vez convertida en colonia Pompeya se adornó con edificios públicos y particulares, hasta que en el año 62 d.C un violento terremoto asoló todas las ciudades cercanas al Vesubio. Las reformas para reconstruir la ciudad comenzaron de forma inmediata, pero 17 años más tarde, cuando en el año 79 d.C la inesperada erupción del Vesubio la sepultó bajo un río de cenizas, lapilli y lava la ciudad aún estaba en obras.
Tras la erupción la ciudad cayó en el olvido hasta que fue nuevamente descubierta en el siglo XVI.
Las excavaciones comenzaron en 1748 con el rey de Nápoles Carlos III de Borbón y han seguido hasta la actualidad.
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