
La mañana del 24 de agosto del año 79 d.C se sintió un trueno ensordecedor en la ciudad de Pompeya al tiempo que del Vesubio comenzaba a salir una nube de enormes dimensiones cargada de gas y piedra pómez (lapilli) que no tardó en oscurecer el cielo. Esta lluvia de lapilli duró hasta el día siguiente provocando las primeras víctimas entre la población. Muchos habitantes trataron de buscar refugio fuera de la ciudad, pero la cantidad de piedra pómez caída, en algunos casos superior a los 2 m de alto, imposibilitaron su marcha, ante lo que optaron por encerrarse dentro de las casas.
A las 7:30h del 25 de agosto una explosión violentísima de gas tóxico y ceniza ardiendo devastó la ciudad. Las excavaciones han permitido documentar una capa de ceniza de 6 metros de espesor, ceniza que se adhería a las vias respiratorias y los cuerpos de los pompeyanos, imposibilitando toda opción de supervivencia.
El 27 de agosto la ceniza dejó de caer sobre la cuidad, Pompeya presentaba entonces un aspecto totalmente distinto, una costra blanca lo cubría todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario